domingo, 22 de julio de 2012

LO QUE DEJÓ EL ACTO DE LAS BODAS DE PLATA

Durante la celebración por los 25 años de nuestra Escuela, se escucharon discursos de dos ex alumnas: Ana Lidia Arizaga y María Inés Fernández. 


Discurso de Ana Lidia Arizaga 
Hoy nos reúne un grato y emotivo acontecimiento, como lo es el 25 aniversario de la creación de la única casa de estudios con orientación agropecuaria de Ramada Paso, departamento de Itatí, que alberga dando formación técnica a los jóvenes de la zona. 

Es menesteroso recordar y agradecer, a las personas que trabajaron para que esto sea posible, en aquel entonces Comisionado Municipal, don Salvador Puyol, y nuestro querido rector Juan Esteban Fernández, por más que hoy no esté ya presidiendo este establecimiento, quien nos impulsó a todos a seguir y culminar con nuestros estudios, puesto que los egresados de esta noble institución merced a la formación integral que hemos recibido aquí, ahora en su mayoría somos profesionales que servimos a la comunidad desde nuestra función específica. 

Por todo, esto y más, insto a la comunidad educativa que sigan trabajando con esmero para que continúen cosechando la buena siembra que hacen a diario. Dios los bendiga y la Virgen los proteja siempre. 

Discurso de María Inés Fernández 
Hace 25 años, un 6 de julio de 1987 esta Escuela Agrotécnica habría sus puertas a las esperanzas de muchas personas que querían superarse. 

Un ingeniero agrónomo y un grupo de docentes visionarios apostaban al futuro y se convirtieron en pioneros de una meta que entonces parecía lejana. 

Se pusieron al frente de un atípico grupo de alumnos, la mayoría de ellos adultos que tenían la ilusión de cursar la secundaria, y no podían hacerlo porque para ello habría que viajar todos los días a Itatí o a San Cosme, o radicarse en uno de los pueblos. 

No fue fácil, éramos altivos y orgullosos en nuestra ignorancia, pero estos profesores, serenos cual continente ante la tormenta que se abate sobre él, nos supieron contener y guiar por el camino del respeto y el trabajo, de la honestidad y la solidaridad, de la constancia y la responsabilidad. 

Nos enseñaron que la mansedumbre no es sinónimo de cobardía, que ser servicial no es ser sirviente. Con ellos saboreamos la miel de la sabiduría que nos dieron a través de las distintas materias que cursábamos. 

No teníamos local propio y la escuela primaria “Santiago María Niella” nos prestó parte de su local, no teníamos libros, ni nada de las comodidades de las que goza hoy esta escuela, pero teníamos las ganas de aprender y con todas las limitaciones no imaginadas, logramos terminar el Ciclo Básico de Expertos Agropecuarios. 

Han pasado 25 años y hoy volvemos con las manos curtidas y con la frente marchita, pero con el corazón henchido de orgullo por haber egresado de este establecimiento, que hoy cual madre abre sus brazos y nos acoge a todos como hijos sin odio ni rencores. 

Rindo mi humilde homenaje a la Escuela Agrotécnica de Ramada Paso, y a través de ella a estos maestros y profesores, “ilustres desconocidos”, que para la primera promoción fueron genios del universo, arquitectos de la humanidad, maestros del mundo, que nos abrieron una puerta hacia un horizonte infinito, virgen y fecundo, en el que nosotros como egresados de esta escuela, pudiéramos abrir surcos de esperanzas y sembrar semillas de amor que florecieran en los caminos en cada amanecer.


No hay comentarios:

Publicar un comentario